¿Qué sabes de las hormonas femeninas?
Son las responsables de nuestras curvas y de regular el ciclo menstrual. También influyen en nuestro estado de ánimo y en el desarrollo del embarazo y el parto. Pero, además, desempeñan muchas otras funciones que no tienen nada que ver con nuestros órganos sexuales ni con la reproducción. Además, existen muchas creencias erróneas que les han dado mala fama, por lo que no está de más tener un poco más información.
En este post se aclaran algunas dudas frecuentes:
Las hormonas femeninas más importantes son los estrógenos. VERDADERO
Los estrógenos son los responsables de la maduración y el desarrollo de los órganos sexuales y ejercen una acción beneficiosa sobre nuestra salud de forma global, como hemos comentado antes: favorecen el equilibrio de nuestra piel y mucosas, protegen nuestro sistema cardiovascular, contribuyen a la densidad ósea, intervienen en la regulación del ciclo de vigilia y sueño… Pero en el ciclo menstrual y el desarrollo del embarazo también cumple una función fundamental la progesterona. Esta hormona aumenta justo después de la ovulación y es la responsable de preparar el útero para acoger el embrión si el óvulo es fecundado.
Las mujeres solo tenemos estrógenos a partir del inicio de la pubertad. FALSO
Los estrógenos están presentes en el cuerpo de las mujeres desde la infancia. Pero su producción aumenta considerablemente al llegar a la pubertad y acelera el crecimiento y el desarrollo de nuestros órganos sexuales.
Algunas enfermedades y trastornos físicos y emocionales pueden afectar a su equilibrio. VERDADERO
Algunos problemas de salud pueden afectar al equilibrio de las hormonas femeninas, y viceversa, los desajustes hormonales pueden dar lugar a trastornos de salud. Una alimentación insuficiente, algunos trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia, los problemas emocionales, el deporte de alta exigencia o el estrés pueden afectar a su equilibrio y provocar alteraciones en el ciclo menstrual.
La toma de anticonceptivos hormonales inhibe la ovulación y sustituye nuestra producción de forma temporal. VERDADERO
La mayoría de los anticonceptivos hormonales inhiben la ovulación o administran dosis de estrógenos y progesterona similares a los que hay en el cuerpo, pero con otro orden, de forma que el ovario no encuentre el momento en el que desprender el óvulo. Algunos sólo incluyen progesterona y se prescriben cuando los estrógenos están contraindicados por la edad, o por ser fumadora, etc.
La oxitocina es una hormona que solo producimos las mujeres tras el parto y la lactancia. FALSO
La oxitocina desencadena las contracciones en el momento del parto, reduce el sangrado y establece el vínculo entre madre e hijo pero es una hormona que también está presente en los hombres y en las mujeres, aunque no estén embarazadas. Se produce en el hipotálamo, una pequeña área que se encuentra en el cerebro. Se ha comprobado que mejora nuestra capacidad para relacionarnos con otras personas y desarrollar empatía. Además, también se segrega cuando se está cerca de personas que amamos y favorece la llegada al orgasmo durante las relaciones sexuales.
Las mujeres también producimos y necesitamos testosterona. VERDADERO
Aunque la producimos en una cantidad mucho menor que los hombres, esta hormona contribuye al correcto funcionamiento de los ovarios y al desarrollo folicular, que permite la maduración de los óvulos. Además, también interviene en la formación de los huesos y en la función cognitiva y el deseo sexual femenino
La falta de estrógenos provoca sequedad de la piel. VERDADERO
Los estrógenos favorecen el equilibrio de la piel y la formación del colágeno, que le da elasticidad y firmeza. Por eso, cuando disminuyen estas hormonas femeninas, como ocurre durante la menopausia, la piel pierde elasticidad, se atrofian las glándulas que producen la grasa natural de la piel y esta se deshidrata fácilmente, lo que hace que sea más sensible y propensa a las arrugas. Su déficit también puede provocar sequedad en el área vaginal y en los ojos, porque afecta a las mucosas
Tomar hormonas de síntesis siempre comporta riesgos. FALSO
El uso de anticonceptivos hormonales, al igual que la mayoría de los fármacos, pueden comportar algunos efectos secundarios, pero la dosis de hormonas que actualmente contienen es muy baja o intermedia, y la incidencia de efectos adversos es mínima. Además, los anticonceptivos hormonales siempre deben utilizarse bajo control médico lo que es fundamental para que utilicemos el que más se adecua a nuestra situación personal y necesidades. El hecho de que algunas mujeres los toleren mejor que otras o tengan menos efectos secundarios depende de la respuesta individual de cada persona, que puede ser diferente.
Los anticonceptivos que sólo contienen progesterona como el nuevo DIU hormonal tienen menos efectos secundarios. VERDADERO
Al no contener estrógenos de síntesis, disminuyen los efectos secundarios asociados a su uso. Pero eso no significa que sean mejores o más recomendables que otros anticonceptivos, ya que su indicación depende de las circunstancias personales de cada mujer y la etapa vital en la que se encuentra. En general, se aconsejan tras el parto a mujeres que están dando el pecho o a aquellas que no tienen deseo de ser madres a corto plazo.
Tomar anticonceptivos hormonales favorece la ganancia de peso. FALSO
Los anticonceptivos actuales raramente provocan un aumento importante de peso (como mucho, 1 o 2 kg), aunque sí que, temporalmente y en algunos casos, sobre todo al inicio de su uso, pueden asociarse a una sensación de mayor hinchazón abdominal.