El VIH es el virus de la inmunodeficiencia humana y provoca la destrucción de los glóbulos blancos (las defensas del cuerpo humano). Si no se trata, puede causar SIDA.
El SIDA en cambio, es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, y es la fase más avanzada del virus, es decir, tener VIH no significa tener SIDA.
El VIH no produce una enfermedad, sino que debilita nuestro sistema inmune de modo que cualquier enfermedad, puede producirnos grandes daños, o incluso la muerte.
El virus del VIH se transmite en lel sexo vaginal o anal, a través del semen, flujos vaginales o anales, o a través del contacto directo con sangre infectada.
El sexo oral no es considerado un acto de riesgo como forma de contagio por el VIH.
En una fase inicial, la gran mayoría de los casos no produce síntomas, pero la aparición de síntomas tras el contacto, pueden tardar en aparecer desde unos días hasta pasados unos años.
La infección tiene tres etapas:
Si bien no existe cura para la infección por VIH, se puede controlar con medicamentos, lo que se conoce como terapia antirretroviral. En la actualidad, la mayoría de gente que recibe el tratamiento y mantiene su carga viral constante, lleva una vida totalmente normal y sin dificultades sanitarias.
Además, con tratamiento y carga viral indetectable, no se puede transmitir el virus a no ser que sus niveles se vean incrementados en algún momento puntual.
Medicación usada una vez has tenido el contacto de riesgo, y debe administrarse dentro de las primeras 72h. La mayoría de medicamentos usados en la PEP, son los mismos que se usan como tratamiento para el VIH. Éstos en ocasiones pueden causar efectos secundarios, pero en absoluto son mortales, y todos acaban desapareciendo con el tiempo.
Este tratamiento tiene una duración de 28 días, y debe tomarse 1 o 2 pastillas sin excepción. Una vez transcurridos esos 28 días, siempre será recomendable realizarte una prueba de comprobación pasado el periodo de ventana tras la última toma de la PEP.
Consiste en la toma de un fármaco diario anti-VIH, compuesto por un conjunto de antirretrovirales, con el fin de reducir la posibilidad de contraer el virus del VIH. Los estudios realizados demuestran que el uso de PREP reduce el riesgo de contraer la infección del VIH por medio de las relaciones sexuales en proporción aproximada del 99% y del uso de las drogas inyectables al menos un 74%.